El presente artículo, desde la perspectiva de la Psicología Transpersonal, aborda la imperativa ética del sanador holístico. Se explora cómo la coherencia del corazón y la sanación personal del terapeuta son la base para un servicio impecable. Se citan a Fernando Savater y a Kylea Taylor para establecer límites claros contra el intrusismo profesional y la subjetividad, garantizando la integridad mental y física del paciente.